Ser ciego debe de ser difícil en cualquier parte del mundo, pero en un país donde la sola existencia del ser humano es complicada, la ceguera es un valor añadido de problemas a menudo sin solución.
Eso pensó hace unos cinco años Geshe Dorje, monje Tibetano refugiado en Mundgod. Y en su afán por ayudarlos se enfrentó al obstáculo mas grande de todos. El ser humano.
Descubrió como estos niños cuyo único defecto era haber nacido ciegos, eran tratados cual mascotas encadenadas a la pata de la mesa, a la espera de las sobras que pudieran ofrecerles. Sombras arrinconadas sin futuro ni voz.
Tanta crueldad infundada de creencias y mitos, que aseguran que estos niños recibieron un castigo divino por obrar erróneamente en vidas pasada.
Vencidos los obstáculos iniciales, el monje fue demostrando poco a poco la valía de estos niños inteligentes y faltos de cariño, y a el se uniría “ Estrella de la Mañana”, consiguiendo poco a poco devolver la sonrisa a estos niños sin ojos.
Hoy lo celebramos con pollo y dulces, ingredientes de lujo que sumar al arroz cotidiano con mucha agua y chilly. Que lo sigan celebrando depende y mucho del buen hacer de miles de personas que los alumbran desde la distancia.
Que pasada.
¿Quien es mas ciego? ellos o nosotros.
quizá demasiado fuerte para nuestro ojo. Se nota que llevas ya unos días por ahí y tu fortaleza va increscendo. Me gusta mucho lo que estás haciendo, además de humano lleva un trabajo duro que se percibe en cada detalle. Una gran obra.
A mi me gusta que recibas el mensaje. Un abrazo y gracias por estar al otro lado.