Odio la India tanto como la quiero, a partes iguales. Incluso hay días que la quiero mas que la odio.
Vivir aquí significa tener que ralentizar la mente para adaptarse a un tiempo que nuestros cerebros acostumbradas a tenerlo todo no pueden asumir. El simple hecho de tener o no tener luz, agua o Internet es un reto que hay que afrontar cada día. Y eso para los afortunados que la tenemos. Para los que ni eso tienen significa caminar kilómetros y kilómetros para encontrar un pozo donde acarrear agua. Nuestras abuelas y madres saben bastante de esto. Pero que en 2011 un país potencialmente importante en la Industria Mundial convine tecnología punta con bueyes y mujeres y niños acarreando agua, es difícil de digerir.
Si a ello le unimos la ambición corrupta de los políticos Indios, nos da una mezcla capaz de dinamitar todo propósito e intento de ayuda que ONGs como Estrella de la Mañana ofrecen en este lugar.
En este país no solo sirven buenas intenciones como el amor desinteresado de un monje Tibetano refugiado en Mungod que en agradecimiento a la India decidió ayudar a los niños mas discapacitados de la India con problemas como ceguera, o problemas psíquicos. En su lucha por conseguirlo tuvo que lidiar con la corrupción, y mala fe de muchos Indios que sólo veían en el un medio de conseguir dinero. Pero su perseverancia hizo que buena gente como el grupo de amigos “ Estrella de la Mañana” volcaran su vida y esfuerzos para ayudarlo en su causa.
En esta cruzada llena de obstáculos consiguieron que niños ciegos tuvieran una alimentación y educación digna, y dejaran de ser vistos como una maldición dentro de sus familias. ( En India existe la creencia de que los niños ciegos o con alguna enfermedad similar tienen una maldición porque en sus vidas pasadas obraron mal).
Además de ayudar a muchos niños Indios descubrieron las carencias que muchas familias Tibetanas tenían en los campos de concentración, y decidieron volcarse también en ellos.
Las fotos de hoy no necesitan mucha mas explicación. Niños sanos que comen todos los días y estudian en un ambiente feliz muy distinto del que hubieran tenido sin la ayuda de “Karma Foundation” y Estrella de la mañana”. Y abuelas orgullosas que ven en sus nietos un futuro para el pueblo Tibetano.
No has hecho más que empezar tu viaje y casi sin llegar ya empezaste a trabajar. Estás con las pilas bien cargadas. Es un trabajo muy bueno. Te seguiremos.