Guillermo de Inglaterra y Catalina Middleton se convirtieron en matrimonio a las 11.24 hora de Londres, a esa misma hora morían de hambre un centenar de personas en las calles de Bombay, y muchas mas en el mundo entero.
Un millón de personas esperaba desde hacía horas, desde hacía días, que unos desconocidos a los que sólo vieron en las revistas del corazón, saludaran un instante con sonrisa estudiada a los súbditos que hacían posible que ellos celebraran semejante festín.
A las 11 de la mañana muchas mujeres lavaban la ropa a ritmo de sus puños destrozando sus nudillos ensangrentados de tanto esfuerzo.
A esa misma hora los campesinos araban la tierra precedidos por un cortejo de bueyes, y un grupo de niños comía arroz blanco engañado con chili un día mas.
Mientras las millones de campanas amenizaban la salida de los novios de la iglesia, millones de niños inundaban los carriles atestados de coches de las calles de Delhi, Bombay, Calcuta..trapo en mano, intentando ganar unas rupias para entregar a sus padres alcohólicos o sus madres prostitutas.
A las 11.24 el sucesor de la Reina de Corazones compartía mantel, copas de plata y perdiz con monarcas y mandatarios del mundo entero, mientras en los países de muchos de ellos la gente hacía cola para firmar la cartilla del paro, recibir cupones alimentarios, o conseguir medicinas para sus niños enfermos.
A la misma hora en que la novia haciendo acto de austeridad acudía a la ceremonia en un Rolls Royce en vez de en carroza de caballos, 20 personas se subían a un todo terreno en el campo de Refugiados Tibetano en Mundgod para ir a trabajar a los hornos de ladrillos.
Al atardecer, Kate Middlelton se cambiaba de traje y se maquillaba para asistir a la segunda parte de su enlace real. A esa misma hora una pequeña de tan sólo 15 años era entregada en la India a un hombre de 40 para ser su esposa y esclava el resto de sus días.
Un millón de personas con su presencia y otros tantos millones desde los medios de comunicación son capaces de movilizarse e incluso no dormir por ver a los que nunca les darán de comer, y a su vez disfrutan del dinero de los que los miran. Sin embargo callan ante todas las injusticias mas mundanas que ocurren a su alrededor, y devuelven el saludo y sonríen y gritan a su paso.
Cierro asqueada el periódico digital, imaginando cuanta gente podría comer con tan sólo uno de los pendientes que lleva la novia.